Mateo 1:25. María, la Madre de Jesús: ¿Siempre Virgen? Una Reflexión Bíblica y Teológica

El versículo de Mateo 1:25 dice:
“Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús.” (Mateo 1:25).

Este pasaje, breve pero significativo, se ha convertido en el centro de un debate doctrinal que ha durado siglos. La pregunta clave es si María permaneció virgen después del nacimiento de Jesús. Este tema tiene profundas implicaciones teológicas, especialmente en relación con la enseñanza de la Iglesia Católica Romana sobre la “perpetua virginidad” de María y cómo esta doctrina desvía la atención de Cristo, el verdadero centro del Evangelio.

La Enseñanza de la Perpetua Virginidad

La Iglesia Católica Romana sostiene que María permaneció virgen toda su vida, una doctrina que forma parte de su enseñanza oficial desde los primeros siglos. Este dogma se basa en interpretaciones alegóricas y tradiciones extrabíblicas, pero presenta varios problemas cuando se confronta con la evidencia bíblica y el contexto histórico.

  1. Origen de la Doctrina: La idea de la perpetua virginidad comenzó a ganar fuerza en los siglos posteriores al Nuevo Testamento, influenciada por una exaltación de la virginidad como un estado superior de pureza. Teólogos como Orígenes y Jerónimo defendieron esta idea, y eventualmente se convirtió en una enseñanza formal en el Concilio de Éfeso en el año 431.
  2. Impacto Teológico: Esta doctrina ha llevado a una veneración exagerada de María, desviando la atención del único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo (1 Timoteo 2:5).

¿Qué Dice la Biblia?

La evidencia bíblica no respalda la idea de que María permaneció virgen después del nacimiento de Jesús. Por el contrario, las Escrituras presentan un panorama claro que sugiere que María tuvo otros hijos y vivió una vida marital normal con José.

Mateo 1:25

El texto dice que José “no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito”. La frase “no la conoció hasta” (griego: heōs hou) implica claramente que después del nacimiento de Jesús, José y María tuvieron relaciones maritales normales. Este lenguaje deja poco margen para interpretar que ella permaneció virgen indefinidamente.

Jesús, el Hijo Primogénito

La palabra “primogénito” (griego: prototokos) también es significativa. No implica necesariamente que hubo otros hijos, pero sí deja abierta esa posibilidad. En el contexto cultural judío, “primogénito” se usaba para referirse al primer hijo nacido, especialmente en el contexto de los derechos y las responsabilidades de los primogénitos (Éxodo 13:2). Si María no hubiese tenido otros hijos, probablemente se habría usado un término diferente para enfatizar su condición única.

Los Hermanos y Hermanas de Jesús

El Nuevo Testamento menciona repetidamente a los hermanos y hermanas de Jesús:

  • Mateo 13:55-56: “¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?”
    Este pasaje menciona claramente a cuatro hermanos de Jesús y hace referencia a sus hermanas, lo que refuerza la idea de que María tuvo más hijos después de Jesús.
  • Marcos 6:3: Pasaje paralelo que también menciona a los hermanos y hermanas de Jesús.
  • Hechos 1:14: Después de la ascensión de Jesús, se menciona que sus hermanos estaban entre los creyentes: “Todos estos perseveraban unánimes en oración, junto con las mujeres y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de él.”
  • Gálatas 1:19: Pablo menciona a Jacobo como “el hermano del Señor”.

Algunos argumentan que “hermanos” y “hermanas” podrían referirse a primos u otros parientes, pero el término griego adelphos se usa consistentemente en el Nuevo Testamento para referirse a hermanos carnales. No hay evidencia contextual que sugiera que estos eran simplemente primos.


Implicaciones Teológicas

La enseñanza de la perpetua virginidad tiene serias implicaciones teológicas, muchas de las cuales afectan la centralidad de Cristo en la fe cristiana.

1. Desvío de la Atención de Cristo

Al exaltar a María como “siempre virgen”, se desvía la atención de Jesús, quien es el verdadero centro del Evangelio. María es una figura importante, escogida por la gracia de Dios, pero su rol principal era el ser la madre de Jesús. En el Magnificat, María misma declara: “Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1:46-47). Reconoce a Dios como su Salvador, lo que implica que, como todos los seres humanos, ella también necesitaba redención.

2. Negación de la Humanidad Plena de Jesús

La perpetua virginidad puede llevar a una percepción distorsionada de la encarnación. Jesús nació en una familia humana normal, con hermanos y hermanas, lo que subraya su plena humanidad. Negar esto es minimizar el significado de la encarnación (Juan 1:14, Hebreos 2:14-17).

3. Exaltación No Bíblica de María

La idolatría hacia María como “Reina del Cielo” y “Mediadora” no tiene base bíblica. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5), y toda gloria debe ser dada a Él (Apocalipsis 5:12).


El Error de la Iglesia Católica Romana

La doctrina de la perpetua virginidad forma parte de un conjunto más amplio de enseñanzas sobre María, como su inmaculada concepción y su asunción corporal al cielo. Estas doctrinas no tienen fundamento bíblico y han llevado a prácticas idolátricas que desvían la adoración de Dios.

  1. Falta de Evidencia Bíblica: Ningún pasaje de las Escrituras afirma explícitamente que María permaneció virgen toda su vida. La enseñanza se basa en tradiciones humanas, no en la revelación divina (Marcos 7:8).
  2. Confusión entre Veneración y Adoración: Aunque la Iglesia Católica distingue entre veneración (dulia) y adoración (latría), en la práctica, muchos católicos rinden a María adoración, la cual solo debería ser dada a Dios.
  3. Desviación de la Doctrina de Cristo: Las enseñanzas marianas desvían la atención de la suficiencia de Cristo como Salvador y Mediador. Jesús es el único camino al Padre (Juan 14:6).

La Perspectiva de la Reforma

Los reformadores protestantes, como Martín Lutero, Juan Calvino y otros, rechazaron la perpetua virginidad de María basándose en la claridad de las Escrituras. Calvino, por ejemplo, escribió:
“La afirmación de que María permaneció siempre virgen carece de base y contradice el texto bíblico.”

La Reforma trajo un enfoque renovado en la autoridad de las Escrituras y en la centralidad de Cristo, rechazando doctrinas que no podían sostenerse con la evidencia bíblica.


Reflexiones Finales

La evidencia bíblica es clara: María no permaneció virgen después del nacimiento de Jesús. La doctrina de la perpetua virginidad es un ejemplo de cómo las tradiciones humanas pueden desviar la atención de Cristo, quien debe ser el único objeto de nuestra adoración. María fue una mujer piadosa y bendecida, pero también una pecadora redimida por la gracia de Dios. Su ejemplo nos enseña a confiar en Dios y a dirigir nuestra adoración únicamente a Jesús.

Al considerar Mateo 1:25, recordemos que la Escritura apunta constantemente a Cristo como el centro de nuestra fe. Él es el Salvador prometido, nacido de una virgen, pero criado en una familia humana, lo que enfatiza tanto su divinidad como su humanidad. En Él encontramos la plenitud de la gracia y la verdad (Juan 1:14).


Pasajes Bíblicos Centrales

  • Mateo 1:25: José no conoció a María hasta que dio a luz.
  • Mateo 13:55-56: Mención de los hermanos y hermanas de Jesús.
  • Marcos 6:3: Confirmación de los hermanos de Jesús.
  • Hechos 1:14: Los hermanos de Jesús entre los creyentes.
  • Gálatas 1:19: Jacobo, el hermano del Señor.
  • 1 Timoteo 2:5: Jesús como único mediador.
  • Lucas 1:46-47: María llama a Dios su Salvador.
  • Juan 1:14: La encarnación de Jesús.
  • Hebreos 2:14-17: Jesús compartió nuestra humanidad.
  • Juan 14:6: Jesús es el único camino al Padre.
  • Marcos 7:8: Denuncia de tradiciones humanas.

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